Héctor Delgado asegura que no intenta evadir la responsabilidad con sus acreedores.


Fiel a la máxima bíblica, Héctor Delgado asegura que es un dador alegre, pero declarado en quiebra porque desde que le canta a Jehová sus ingresos han mermado significativamente. “Estamos reajustando mi vida… Eso es todo. Para la gente hoy Héctor Delgado se fue en quiebra; para la gente hoy se cayó un imperio; para la gente hoy Héctor Delgado está enterrado, pero para Dios yo acabo de sellar mi nombre en el libro de la vida”, dijo el ahora adorador cristiano en declaraciones.

Héctor recordó que, ante la merma de sus ingresos, bien pudo haber aceptado las ofertas del ambiente secular que se le presentan en bandejas de plata. Empero, ha optado por la fidelidad a Dios.

Seguir Leyendo...“Hice como dijo Pablo: lo que antes tuve por ganancia, ahora lo tengo por basura con tal de seguir a Cristo y ganarme la corona de la vida eterna. Digan lo que digan, lo que hago es agradar a Cristo. ¿De qué me vale ganar el mundo entero, si pierdo mi alma?”.
Su manejador, Andy Martínez, le recomendó que se acogiera al Capítulo 13 de la Ley de Quiebras, para honrar los compromisos con sus acreedores mediante un plan de pago. Los gastos del artista, que en el mundo secular fue conocido como “El Father”, ascienden a $30 mil mensuales, mas ya no percibe los cientos de miles de dólares que recibía por sus presentaciones.

El espectáculo “El Juicio Final”, su masivo más reciente en el Coliseo de Puerto Rico, fue un fracaso taquillero que le acarreó grandes pérdidas. La quiebra de Héctor, insistió Andy Martínez, no es parte de una estrategia de su oficina orientada a evadir las responsabilidades con sus acreedores.

“Radicamos con el abogado Jaime Rodríguez, analista financiero y abogado de quiebras. De mi parte, hace diez meses le recordé a Héctor que desde que se convirtió ya no tenía el nivel de vida de clase alta, con sus seis casas y todo eso. Y al no hacer actividades seculares, tiene que ordenarse financieramente en términos legales”, dijo.

Otra de las razones es que hubo personas que en los días de fama, poder y fortuna solicitaron su firma para la adquisición de autos y residencias.